sábado, 24 de octubre de 2015

HALLOWEEN-X

¡Ho-ho-ho! ¿Qué trajo el Conejo de Pascua este año?
Es un poco prematuro, pero de aquí a una semana se festejará Halloween, pagana fiesta que se ha incrustado en nuestro sacro hispánico católico almanaque con la fuerza que brinda la popularidad televisiva de las producciones estadounidenses en que aparece. Se celebra en otros muchos puntos del globo, mas debido a esa masiva descarga catódica comentada, parece ser una festividad exclusiva de EE.UU.

Lo más pintoresco que le aprecio es lo de disfrazarse, que permite romper la atonía del anodino vestuario cotidiano, ocasión ceñida no obstante a los chiquillos, que ya van por ahí recaudando dulces y otros caramelos cargados de caries por las puertas, como ven en las series y películas norteamericanas.

Pero lo del disfraz tiene su intríngulis, qué desinhibición de la personalidad impone, que a través de esa ropa inhabitual adquiere (quién sabe) otra identidad, quizás la verdadera, supone una ruptura con los tabúes sociales, los sexos se confunden, tal vez aparezca el auténtico instinto sexual que se “armariza” bajo otra indumentaria durante el resto del año, mostrándonos a quien es realmente esa persona, so pretexto de ser Halloween! y esto un disfraz, tú sabes… hay que sintonizar con el ambiente… sí, sí, tú disimula, maricón. Llámalo Halloween. Que no engañas a nadie.

(Los que no engañan, por mucho que lo intenten, son los disfrazados de superhéroes.)